ANTXORITZ... o la excusa perfecta......



Te das cuenta de como pasa el tiempo?   Otro año, a tomar pol culo.  Ya llevamos dos temporadas, haciendo cosas con la gente, saliendo al monte, cursilleando, algun barranco, alguna ferrata...
Por que?   Por que nos apetece, y lo hacemos agusto.  Y aparte por la gente.
Terminamos otro calendario, e incluimos una actividad más.  Una subida facil, que no sea larga, y despues, nos ponemos agusto de beber, comer, y echar risas.
Dicho y hecho.  La actividad facil, las peñas de Antxoritz, desde Zabaldika.  Nos equivocamos de pista, por supuesto, por que en vez de coger la de la derecha, a la salida del pueblo, por la parte mas alta, cogemos la de la izquierda.  Nos damos una vueltica maja, pero agusto.  Como no tenemos prisa, saboreamos el placer de andar.  Ademas es un descubrimiento para todos, por que ninguno antes, habiamos estado por alli.  Yo, habia subido a las peñas, pero desde el pueblo de Antxoritz.  Como sabemos en que direccion ir, pasamos de desvios y bifurcaciones, y buscamos el camino mas lógico.  Una senda, embutida entre bojes, que no te dan opción, mas que a seguirla.   La cima de Arromendi, espectacular, con un buzón roto, debajo de un arbol, y con unas vistas a la vegetación que nos acorrala......impresionante.


Un corto camino, nos lleva a las peñas.  Seguramente, hacia mas de diez años que no intentaba subir, y en aquella ocasión, no pude encontrar camino.  Con las veces que habia subido de jovenzuelo...si, a escalar. Bueno a escalar a escalar....a no matarnos haciendo el bobo por alli.  El sol pica, cuando bajamos. , pero tenemos a la mitad de la gente, enfangados, con el noble arte de la hoguera parrillera.


Chorizos y morcillas, langostinos y pancetas, costillas de cordero..... yo que se, comida para un montón, y pan y vino, y luego a conducir....pero eso luego, ahora nos quedan unas cuantas horas de compadreo, y de reirnos agusto. Y tan agusto que estuvimos, que nos dieron las diez de la noche, y ya nos fuimos, por que no habia dios, que aguantara el ritmo del puto reguetón, que salia del maletero de un coche, aparcado a no mas de treinta metros de donde disfrutamos de una actividad, que debemos implantar como actividad, incluso más veces en el calendario.

HIRU ERREGEEN MAHAIA / LA MESA DE LOS TRES REYES



Todo cambia en un instante. Contentos y felices, iniciamos la última aventura de la temporada, y no todos vuelven con la misma sonrisa. Una mala noticia...de un amigo, un par de huesos rotos...
Vamos a la mesa, como todo el mundo la conoce... Cubiertos afilados, para merendárla.  Sol, como no podia ser de otra manera en estas fechas.  Nube cimera, que tampoco podía faltar.


Que puede salir mal?
Pronto comienza el cúmulo de infortunios...pequeños, ligeros... El paso que nó lo pillo, malestar general, el grupo se rompe. Unos para abajo, y otros, como alma que lleva el diablo, para arriba.  Que record queremos romper?  Creo que ninguno, pero no podemos parar.  Los pasos, se quedan atras, las piedras, los neveros, vueltas y revueltas que da el camino. Cada vez mas cerca, adivinamos las siluetas de los que se nos han adelantado, alli arriba.


Descansan, comen.... Unos bajan, nosotros subimos. Es la montaña de las romerías...  A casi cincuenta metros de la cima, un dolor de cabeza intenso, detiene los pasos. Cuantos estamos en esta cima?  Haciendo cola, para posar junto al castillo de chapa. junto a la estatuilla del rubio...


- Me puedes sacar una foto?
             - Ahora con esta cámara...
                                       - Ahora a mi....
                                                                - Espera que me toca...
Disputada la cima, de repente desaparece la gente, y comienza a oirse el canto del viento, el susurro de alguna chova pasando al lado...
Pero no nos quedamos a vivir aqui arriba.  La caida de piedras en la bajada, es contínua.  Pasos mal dados, tiran escombros a los que nos preceden.  Bajar mirando hacia arriba.


No es tampoco lenta la bajada, y aunque el sol no calienta con fuerza, nos hace tirar de cantimplora. Soñando con una jarra de cerveza, deshacemos lo andado.  Ahí estan los compañeros, de nuevo todos juntos, celebramos la cima, brindando por nosotros, y por los que de repente se han ido.  Es el momento del traspies, y los huesos cascan.  Rápido, vamos a casa.  Aún faltan unas horas de hospital, pero ha sido un mal menor, nada que no se arregle con un poco de escayola, y tiempo, pero sin perder la sonrisa.


ANBOTO

EL curso va llegando a su final, y con el, nuestras excursiones. Toca la penúltima.  De nuevo, la lluvia....compañera inseparable, nos despide a la salida. Ya sabes, salir salimos, si no se puede, nos volvemos. Llegamos a la escuela de escalada de Atxarte, y la cosa no pinta mejor.  Un plomizo sirimiri, se va haciendo notar. Comenzamos a andar un poco desganados, no pinta bien la cosa, pero como el agua todo lo limpia, nos diluye esa pereza, y andamos con un poco mas de decisión.  El paraguas, que no falte.


La senda, se estrecha, se amplia.  La niebla, dibuja bonitos fantasmas, a dos metros de nuestras narices.  No son fantasmas, son los del grupo, que ahora se alejan, ahora se paran a esperar.  ¿ Quién ha tirado tanto barro ?....Los pasos son cuidadosos, vacilantes, resbaladizos, pero solventamos, sin dar con el culo en el suelo.  Un pensamiento se hace presente.  La bajada va a ser divertida....


Salimos del bosque, volvemos a entrar. Vuelta a salir, y el paisaje, se nos difumina un poco mas allá de nuestras narices.  El guia, se conoce las piedras, las hierbas, las hayas... No vacila ni un instante en llevarnos en la dirección adecuada.  Van quedando atrás los metros de desnivel, casi mil, que montón, y  no nos hemos dado cuenta.  Ahora se pone el camino divertido, casi al final, donde las rocas mojadas, han echado atrás a unos chavales.  Cuidado.  Son pasos fáciles, pero la humedad, lo dificulta todo. Euskadi tropikal. Hace calor.  Últimos metros, y nos saluda una bufanda del Eibar, anudada al buzón. Que agusto se está aquí arriba, a pesar del agua. Pensamos que unos metros mas arriba, el sol pega fuerte, brilla, pero solo lo intuimos, el gris todo lo inunda.  La bajada , es mas concienzuda que la subida.  No vemos el abismo, pero lo sospechamos.  Así es mas fácil...ojos que no ven...


De vuelta al barro, a patinar, a ver quien se cae, quien es el primero en embarrar la ropa, aunque parece que vamos aprendiendo a andar...
La escuela de escalada de Atxarte, nos recibe con tímidos rayos de sol.  Que agusto.  Del liso japones, al cardado vascongado...que risas.
Elorrio nos abre sus puertas, y nos invita a comer. Que grandes. Jose y Mª carmen, que atenciones, y que detalle. Gracias.