BALERDI


No es extraño,que, cada vez que sale mi club de montaña,  el tiempo se estropee.
Sin apenas haber dado dos pasos, las nubes grises aparecen, y en unos pocos minutos, comienzan a dejar caer su carga. Esto nos hace mirarnos, y volver a comentar lo de siempre.... Pensamos que va a ser otra excursión, pasada por agua.
 Al rato aclara, y el agua en vez de mojarnos desde arriba, nos moja desde abajo. Hay que andar con cuidado, para no quedarte enfangado.


La ruta, no es exigente, y se convierte en un paseo agradable, donde vamos ganándole a Balerdi, desde atrás hacia adelante. Al llegar a la arista, hay pelos que se erizan al ver el paso aéreo, que se abre delante nuestra. Recuperamos fuerzas... ¿ para ver si nos entran ganas de continuar?...


Las ganas no aparecen y los ojos se salen de las órbitas al volver a ver el sendero.
Tras unos pocos titubeos, alguien se lanza adelante, y consigue la cima.
Como siempre después de subir, toca volver a bajar.
Elegimos un camino jabalinero, por ahorrarnos una hora de andada, y nos cuesta casi tres. Es la hora de la diversión. Con los cuerpos ya algo cansados, las piedras del camino, se cuelan entre nuestros pies, y nos ponen la zancadilla, no una, ni  dos veces, si no unas cuantas más.


El camino a trozos, parece la decoración del belén que con tanto musgo poníamos de pequeños, mientras por encima de nuestras cabezas, la comunidad de buitres, se ha puesto en marcha. Quizá estén esperando la hora del aperitivo.
Nunca pensé que lo diría, pero al ver el cementerio del pueblo, me he quedado aliviado. Ya llegamos al punto de partida de esta bonita circular, y respetando las tradiciones, volvemos a poner el broche final, con una sonrisa y otra cerveza.

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