LAKARTXELA

Primera salida del club Antsoaingo Mendi Eskola en la temporada 2013-2014.
Como siempre ,los habituales en este tipo de eventos. Nos conocemos, y nos llevamos muy bien entre nosotros....
El día parece que promete....Las nubes van y vienen, pero no amenazan agua. Las campas de hierba, se dejan pisar con el brío de nuestras botas. Somos pisahierbas, y a eso hemos venido. El barro se nos pega en las suelas, y en algún momento, caminamos patinando.
El viento nos vuelve a acompañar, sin haber sido invitado. El techo de nubes, no nos permite ver a donde vamos, oculta la cima, pero nos deja contemplar el resto del paisaje.
Subimos, sin prisa , sin pausa, hasta que nos hacemos nube. Paseamos por ella, sin querer perder de vista el sendero que nos lleva poco a poco hasta arriba.
La vista es nula, solamente nos vemos entre nosotros, y las piedras cercanas a la botas, y después de inmortalizar el momento, casi a la carrera dejamos las alturas.
No llueve, pero algunas gotas mojan la ropa...- son mis lágrimas....- que el viento nos arranca de los ojos.
Desandando el camino, y en un abrigo, nos damos un festín con los bocadillos caseros. El buen humor nos baña, y las risas pueden al viento.
El hombre que susurraba a los caballos, nos mostró sus poderes, pero el animal, no se quiso enterar
Algunas setas inocentes, que salen a saludarnos, son arrancadas, para adornar algunos platos
.Revuelta micológica.
Nos quedamos sin ver la cima, alguien, mas de una vez, pero siempre estará aquí. La camaradería  se ha vuelto a afirmar, y lo regamos con cerveza como buen final..

SAIOA

Tenemos  cumpleaños. El club de montaña Saioa de Corella, está este año de celebración. Cumple 20 años, y con motivo de tan magno evento, remueven cielo y tierra para realizar una salida a este emblemático monte, que curiosamente coincide en nombre con el del club.
Por si acaso la gente no se anima, cuentan con el apoyo de Antsoaingo Mendi Eskola, club hermanado, y colaborador en algunas actividades.
Al parecer, el aforo va a ser tan grande, que las lomas herbosas por donde van a discurrir los pasos de tanto montañero, se van a quedar pequeñas.
A la cita, ha llegado un coche con un único ocupante.
Un rato después, llega otro vehículo con cuatro montañeros, y tres mas en otro coche, llegan minutos mas tarde.
Vamos a poder ocupar todo el monte a nuestras anchas, nadie en el recorrido de nuestra vista, nadie a nuestra espalda, tenemos el monte entero para gozarlo nosotros solos, y así de esta manera, comenzamos el paseo que es esta ascensión.
Después del collado, cuando enfilamos hacia arriba la última pala, llega un viejo conocido de todos los montañeros, y se dedica a revolvernos los pelos, a quitarnos los gorros y gorras, a empujarnos al suelo, a intentarnos quitar las cosas de las manos...y sube con nosotros hasta la cima, pero no se queda con nosotros, se dedica a correr entre las cimas y los valles, entre el cielo y las nubes, a recoger y desperdigar las hojas caídas en el bosque.
No nos da tregua, ni cuando ponemos las velas en la tarta que nos hemos subido, no quiere que soplemos, para que, si ya está el, además el champán , no se queda en el vaso, se lo bebe el viento sin tragarselo,  desparramándolo entre los valles.
Prácticamente huimos de su lado. Llega un momento que se vuelve desagradable, que pasas de el, y se lo dices, pero no te oye, y sigue con su juego, con su su diversión.Necesitas encerrarte, y entonces es cuando ya vuelves, pero antes, vuelves a celebrar el cumpleaños del club. Cuatro gatos, si pero que bien lo han pasado estos cuatro gatos.....

CAPRICORNIO






De nuevo, aprovechando el fin de semana, vuelvo a escalar.
Esta vez toca en Panticosa, en la escuela de Forronías, donde está una de las vías, consideradas poker de ases, del pirineo.
Abierta en 1985, tiene casi toda la esencia de la escalada. Diedro, placa, fisura,chimenea, pasos aéreos...y además, semi equipada, con lo cual la imaginación bate sus alas
La catalogan como una joya, y la verdad es que me vuelvo a quedar con muy buen sabor de boca.
Esperando a que el sol caliente la roca....la noche ha sido fría....tomamos algún café en el pueblo, sin quitarle la vista desde abajo.
Para empezar, una roca pinchuda, con muy buen agarre, que hace que te alejes del suelo, casi sin darte cuenta...
Zuri encabeza los primeros largos, va despacio, midiendo los movimientos, asegurando.
Vamos entrando en terreno de altura, la carretera es como una cinta de regalo de cumpleaños, que se hubiese caído mas abajo del suelo...
Telera, nos va mirando a los ojos, sin apenas inclinar la cabeza, nos vamos poniendo a su altura....solamente a su altura sobre el nivel del mar.
La escalada es de las que se agradecen, la roca es roca, no como lo de ayer, y donde agarras, agarras y donde pisas, pisas.
Algún arbusto ha decidido quedarse a vivir en esta pared, y no me extraña, las vistas son muy buenas, y tan solo el sol, , y alguna mariposa, se atreven a visitarlos.
Entre chapa y chapa, exprimimos la imaginación, para medir y evaluar, donde estará el próximo paso , donde tenemos que protegernos, para que en caso de caída, el seguro este justo en el lugar adecuado, para no caer , no caer....pero las fuerzas están sobradas, la motivación  exagerada, y disfrutamos, incluso en los pasos mas duros, donde vemos con alegría, como se quedan abajo....
El diedro aparece sobre nuestras cabezas.....6a duro, dicen las reseñas, pero no es tan fiero este león como me lo pintaron, y para cuando me quiero enterar, lo tengo dando saltos entre mi aro de fuego, subido a una silla.
A partir de aquí, me siento tan inmensamente grande, con tanta vanidad en el pecho, que me salgo de la vía, y divago entre lajas ,fisuras y bloques. Un friend tras otro, me van contando, que algo no va bien, que vuelva a bajar del reino de los buitres, y busque el camino lógico y correcto...
Desando el camino comprometido, hasta casi su inicio, y sin ver, me doy de narices con otra chapa que me marca el camino.
Desde aquí ya es terminar de subir, para después volver a bajar. Como siempre.Otro peldaño acabado en mi nuevo proyecto.

TOBAZOGAN

A Candanchú, no se va solamente a esquiar. En la zona de Rioseta, donde los militares nos abandonaron unas instalaciones,  para que la hierba y las matas campen a sus anchas, nace un camino, que en quince minutos, nos deja debajo de la pared, donde hay una ruta, cosida a parabolts.
Seguramente sea una escalada preciosa, en un día precioso, confiando en la soledad que dan estas aventuras.
Pues no.
No todo fue precioso. Delante nuestra va una cordada, que en el primer IV, ya tiene que tirar de A0. Se me ponen los pelos de punta, y decido que tengo todo el día, que no tengo prisa, y voy a intentar disfrutarla.
El sol, va calentando mi cuerpo, la roca, la alegría. En el sorteo de cordadas, me tocó Zuri. No había escalado nunca con ella, así, solos a través de una cuerda...
Pasamos fáciles los primeros largos.
Placa de adherencia tumbada.Casi puedes pasear sin poner las manos.
Luego la cosa, se pone tiesa.......
Un paso en un techito, donde parece que agarras hojaldre. .
Cuando la presa a la que te agarras, se hace arena entre los dedos...esa arena, transmite miedo.
Es como querer coger papel del baño, con las manos mojadas.
Acerando a muerte, como un campeón, es una opción de pasar.
 Hilar fino para conservar a tu compañero, es fundamental.
Después, viene el tramo mas duro, pero preparado.
Pasando la cuerda por arriba, de chapa a chapa tienes el placer de la escalada, arriesgando lo mínimo. El paisaje ha empequeñecido bajo nuestra mirada. El descenso nos lo marcan dispersos puntos azules, diseminados a lo largo de un gran canchal, hasta llegar a la seguridad del suelo. Lo he pasado peor en esta bajada que en toda la subida.
Las zapatillas resbalan entre las piedras y la hierba, pero ya estamos abajo. Juntas ya las dos cordadas, el homenaje que nos regalamos, es de los que dejan muy buen sabor de boca. Además fue bastante barato.

PUNTAL DE SECÚS

Desde el refugio de Lizara, arranca un camino, que a su vez se divide en dos....que a su vez se dividen....y recorremos el menos frecuentado, el que no va a  la romería... Al Bisaurín, ya lo hemos colocado bajo nuestras botas, en varias ocasiones, por diversos itinerarios, y no queremos hacer siempre los mismos montes, por los mismos caminos.


El  valle de los sarrios, ahora sin nieve, es un espectáculo distinto al de la última vez. Hoy no hay  nieve ni hielo, ni sarrios esqueléticos, después de haber sido visitados por los buitres.
Hoy derrocha luz... verde... agua...
El murmullo del riachuelo queda atrás, y los pasos se elevan despacio, disfrutando de esta luz que nos llena los ojos, de este paisaje, de esta brisa...
 Los neveros, cabezones al verano, se quedan para esperar las primeras nieves que lleguen. Lloran por que estas tardan, y si tardan mucho mas, llorarán hasta morir de esperar.
Un collado, da paso a otro collado, y por fin, la nube nos envuelve. Nos roba los colores, el paisaje, el azul y el verde, las rocas, los horizontes.
.Hasta que llega ese momento mágico, en el que no es posible ascender mas, que los pasos se curvan hacia abajo, y en ese momento delicioso, la nube abre sus alas, y nos deja ver mas allá..tierra roja, roca gris y marrón, hierba verde, y cielo azul. Es caprichosa. nos da vista y ceguera en un momento, y así juega con nuestras retinas, hasta que decidimos abandonar las alturas, y buscar refugio en cotas mas amables. Cerrando un circulo, volvemos al ancho camino que nos lleva al principio, donde nos juntamos con otras gentes, que también vienen de arriba...de la romería.

PEÑALARA


Aprovechando un fin de semana, en el que las necesidades familiares, invitaban al viaje, decidimos dar un paseo por la sierra madrileña..
Hotelito rural, para dormir.
Lo mas rural del hotel, es el colchón sobre el que nos toca dormir....parece estar relleno de bellotas.
El amanecer, es frío, húmedo y neblinoso.
El parking, igual.
 Con una ligera reseña de unos ,que por lo visto también subían, nos vemos de repente solos, sin poder seguir, ni tan siquiera con la mirada a los que nos indicaron el camino. Probamos suerte, y en unos metros, nos damos de frente con los carteles. Para aquí, para allá, para Peñalara, para el otro lado.... Que fácil. Un ancho camino, mas parecido a una pista forestal, se extiende ante nosotros, y nos invita a seguirlo. Es un paseo tranquilo, y de vez en cuando, el sol parece que quiere asomar entre las nubes.
Vamos pasando los pasos,  ganando altura. En un momento, la laguna grande de Peñalara, es visible entre la niebla. Es tímida... al intentar hacerle una foto, se coloca  el velo de nubes....
Ahora, la nube es mas densa, y llora. Llora lágrimas, muchas, menudas y grandes, y es conveniente taparse.
El camino en un momento, se ha  estrechado, y con el dobladillo de los pantalones rozando los ginebros, persiguiendo los hitos, encontramos la cima de una de las hermanas. El tiempo no esta para tonterías,  hacemos oídos sordos a su llamada, y continuamos hasta donde vive su hermana. Somos como somos. Si no visitamos a una, tampoco visitamos a la otra, no hay favoritismos. Pero parece que algo se cabrea con nosotros, y nos manda un viento fuerte y helador. Las gotas caídas anteriormente, tienden a volverse duras, y a congelarse en nuestra ropa húmeda. El camino, ya es una adivinanza, y a ellas  jugamos, hasta encontrar un nuevo cartel que nos anuncia el final de nuestra ascensión. Pico de Peñalara.  Luchando con un viento salvaje, que impide hasta sacar una foto con trípode.

Vamos, vámonos para abajo.
En el descenso, muchos son los que quieren subir, quizás tengan mas suerte y el viento no se les enfade si no visitan a las hermanas.
Nosotros, bajamos  a ponernos secos, y a continuar nuestro viaje.